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Carnegie
Tenía el millonario americano
Andrew Carnegie un perro al que quería mucho. Una vez que pasaba unos días de
vacaciones en el lago Michigan, perdió el perro, y puso un anuncio en el
periódico local, el Morning Herarld: “Perdido un Fox terrier blanco que
responde al nombre de Billy. Se ofrecen 1.000 dólares a quien lo encuentre y lo
devuelva a su dueño en el Star Palace”. El anuncio no se publicó y Carnegie fue
a la redacción a protestar. No había nadie. Llamó a voces y, al fin, le atendió
una mujer que estaba limpiando los suelos.
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¿Es que no hay nadie?
-
No, se han ido todos
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Pero, ¿qué ha pasado?
-
Por lo que he oído, me parece que han ido en
busca de un perro blanco que se llama Billy.
En los mercados financieros esta
semana ha pasado algo similar, hemos ido a ver dónde estaban los compradores
que creíamos que estaban afanosamente trabajando, y no hay nadie. La pregunta
que más me están haciendo desde hace unos días es si esta es la caída “buena”
de los mercados. La respuesta es muy rápida: no tengo ni idea. ¿Qué es lo que
ha provocado la caída? Pues tres cuartos de lo mismo. No hay nada realmente
nuevo en el mercado que no estuviera ya comentado hace una semana, un mes, seis
meses o un año. Lo que sí ha quedado claro con el movimiento es que no hay
ningún artículo en la carta de Fundación de las Naciones Unidas, la
Constitución americana o incluso en la española que garantice que las acciones
siempre tengan que ir hacia arriba. Lo que sí me llaman la atención, una vez
más, son los titulares de prensa como si el mundo se acabara. Para
contradecirles, no hay más que enseñarles un gráfico con la evolución de la
bolsa americana y el efecto minúsculo que tiene la caída de precios, apenas
perceptible. Sigue subiendo un veintitantos por ciento desde enero del 2017, y
todavía estamos un 70% por arriba de los máximos anteriores a la crisis del
2008.Las reacciones han sido muy diversas. Están los que responden que los
fundamentos sólidos son muy fuertes (habría que recordarles la fuerte subida de
las bolsas cuando no lo eran…). Trump no ha twitteado nada las últimas mañanas
de que las bolsas ascendieran a los cielos debido a la confianza que generan
sus políticas, pero su oficina si comentó el segundo día de caídas, que se
estaban monitorizando de forma muy próxima los movimientos de la bolsa. Algún
gurú que hace una semana decía que tener dinero en liquidez era una gilipollez,
ahora no tendrá mucho dinero para comprar en estos momentos, y alega que hay un
verdadero maná de clientes calentando en la banda para poder entrar en el
terreno de juego. Siempre hay posiciones y explicaciones para cualquier
situación. Una de las cosas que más se me quedaron en la carrera fue una frase
que nos comentaba Angel Bergés en Análisis Bursátil. “No le pidas nunca opinión
a un analista financiero o gestor, porque el único interés que va a tener es
defender su posición, tomada anteriormente, para que la sigan los demás y poder
ellos salirse”.
Intentar predecir cuándo se van a
dar los movimientos no lo sabemos nadie, llevemos veinte o treinta años en los
mercados. Como decía JP Morgan, cuando algún periodista le preguntaba qué iba a
hacer la Bolsa al día siguiente, “fluctuará”. La bolsa ha perdido un 10% desde
sus máximos, pero sinceramente, todavía es pronto para saber si es una nueva
oportunidad de compra o es un giro definitivo de una tendencia alcista impoluta
en la bolsa americana desde hace nueve años. En el caso del SP 500 se pueden
aventurar algunos puntos clave. Para mí, el nivel más relevante se encuentra en
los 2535 puntos, que tocaron en la noche asiática de ayer, pero a los que no
nos acercamos luego en la sesión americana. Corresponden a la media simple de
200 sesiones diaria y a la directriz alcista iniciada en enero del 2016. Su
ruptura sí pondría las sirenas a sonar. El siguiente punto relevante está en
los 2175 puntos, que es la línea de tendencia principal que une los mínimos del
2009 y el 2016. Coincide aproximadamente con la media de 200 sesiones semanales
y los máximos del año 2015. Parecen niveles alejados, pero las semejanzas con
los movimientos del 2000 y el 2008 son a tener en cuenta. Sabemos cómo es el
humor de los inversores, y si siguen existiendo los ciclos inversores, tras la
complacencia sigue el pánico, y los que están encantados comprando a 20, cuando
llega a 10 piensan que se irá a 5 y lo venden todo.
La tendencia alcista en los
mercados ha sido extraordinariamente fuerte, y hay algunos aspectos técnicos en
los mercados que debemos considerar. Uno de los aspectos más curiosos de estos
años es la relación de la volatilidad con las cotizaciones. Como saben, las
subidas de mercado han venido acompañadas con una bajada brutal de la
volatilidad. De hecho, se creó un futuro que tenía precisamente como subyacente
la propia volatilidad. Si miraban los gráficos de muchas sesiones de la bolsa
americana durante 2015 o 2016, podrán ver como los movimientos finales de la
bolsa venían precedidos o simultaneados por movimientos en los futuros sobre el
Vix. Se compraban tropecientos futuros del Vix y se veía un reflejo inmediato
en subida de los futuros del S&P. La volatilidad es un activo financiero
más. Y tiene un efecto afrodisiaco sobre los que juegan con ella, porque les
permite ganar dinero todos los días a los vendedores de volatilidad,siempre que
no pase nada. El ir echando una moneda en la hucha todos los días atrae a
muchos jugadores. El 95% de los días ganas dinero y piensas que el otro 5% de
los días lo puedes afrontar porque puedes controlar relativamente fáciles las pérdidas.
Es algo parecido al criterio VaR de control de riesgos. La realidad es que ese
5% puede ser más habitual de lo que establece a priori la estadística, y los
riesgos de cola se convierten en incontrolables. Sobre todo si se multiplica
por cuatro en un día. Lo hemos podido comprobar en el NAV de algún fondo que vende
volatilidad apalancada. El XIV (VelocityShares Daily Inverse VIX Short-Term)
valía 108.36 el viernes y 4.22 el lunes. 3150 millones de dólares de activos
volatilizados (eso sí, el año pasado gano un 150% y se habían disparado sus
suscriptores). Mucho del movimiento bajista del lunes viene motivado por los
cierres de la gamma negativa de estos fondos. Cuando el mercado se da la vuelta
el agujero de salida es diminuto…
Todo el movimiento alcista de estos años
apoyados en los Bancos Centrales y en las recompras de acciones han ido
arrinconando la volatilidad hasta hacerla casi desaparecer. Hay muchos
productos financieros que han sido estructurados con esas volatilidades bajas.
Productos que han ido ganando en apalancamiento y que se encuentran ahora en un
cruce de caminos, con la deuda emitida en máximos históricos y con un posible
incremento en los tipos de interés. Tenemos que ver cómo reaccionan estas
estructuras en mercados a la baja. Y lo que sí puedo afirmar es que lo pueden
hacer independientemente de que la situación económica sea sólida. Durante esta
última fase alcista también hemos visto la preponderancia adquirida por los
fondos pasivos que básicamente compraban todo el mercado independientemente de
las valoraciones de las compañías. Compraban en función de su ponderación en
los índices (eso lo vemos sobre todo en el Dow Jones que no es un índice de
capitalización y las acciones más altas en precio son las que más beneficiadas
se han visto por este flujo).Tenemos que ver ahora el ciclo completo de
inversión y si entráramos en un mercado a la baja, si estos fondos agrandarían todavía
más los movimientos negativos. El peor escenario es que todo el mundo estuviera
ya dentro, y ante la vuelta de estos jugadores o de otros similares (fondos de
risk parity, fondos de VaR que cuando llegan a una pérdida determinada tienen
que vender a cualquier precio) no haya contrapartida, aunque existan gangas en
el mercado.
Imaginar de forma deliberada
circunstancias y escenarios alternativos que puedan dar al traste con nuestros
deseos es la mejor forma de no confundir nuestras esperanzas con la realidad.
Buena semana
Julio López Díaz, 07 de febrero de 2018