Área personal

La economía alemana

Julio López 6 Mar 2025

Cierta devota, casada con un hombre de mal genio, hizo una novena a San Ignacio para pedirle la enmienda de su marido. El tal murió a los ocho días y dijo la mujer:

-¡Qué gran santo san Ignacio! Más de lo que pedí me ha concedido

Llevo 34 años gestionando dinero en los mercados financieros, y nunca dejan de sorprenderme los movimientos que se producen. A finales del año pasado ya comentamos que una de las sorpresas que podríamos ver es un mejor comportamiento de las acciones europeas y del resto del mundo frente a Estados Unidos. Nos basábamos en el excesivo posicionamiento de los inversores en las acciones americanas y un “odio” casi visceral frente a todo lo que fuera Europa. Pues bien, el viento cambió de dirección y en cuatro meses la bolsa alemana le ha metido un 26% a la bolsa americana. Como siempre pasa, lo que no se quería a 4, hay leches por comprarlo a 8 unos días después. No hace falta esperar a San Fermín para ver a las reses cegadas corriendo por la calle Estafeta. Después de ese movimiento leo en muchos informes que es el momento de Alemania, que ha cambiado su histórica política de contención fiscal y supondrá un nuevo alumbramiento del poder germano. Puede que en la economía veamos un ligerísimo crecimiento, pero yo, desde luego empezaba a darme la vuelta en las carteras. No creo que merezca ya tener acciones alemanas a estos niveles, con unas valoraciones que solo habíamos visto un par de veces en la historia. Ahora que parece que no hay más camino que la compra es cuando me parece que hay que salirse. No hay que ver nada más lo que ha pasado en la Bolsa americana cuando parecía que no tendría freno tras la llegada de Trump al gobierno. La realidad es que los movimientos se anticipan cuando no son portada de periódicos. Mucho del movimiento de la bolsa americana se había hecho antes, y se ha aprovechado la confirmación de las noticias para distribuir acciones al vulgo. Tesla subió más de un 100% y ha perdido todo el movimiento. En Alemania se lleva comprando la bolsa de forma silenciosa desde noviembre con la idea del cambio electoral de febrero, y es ahora cuando empieza a reclamar titulares. Se ha recuperado toda la sobre rentabilidad que le metió la bolsa americana de los dos últimos años, y yo creo que hasta aquí hemos llegado. Siempre es complicado ponerse delante de los toros, y seguramente alguna cornada nos llevemos, pero el movimiento ha sido excesivo.

Estados Unidos se ha metido en un lío él solito, y seguramente veamos un deterioro importante de su economía. El tema de los aranceles no deja de ser un mayor coste de fabricación para los productos americanos, además un combate en el que te vas a dejar muchas plumas y pocos beneficios. Una subida del 5% en las tarifas puede suponer una bajada del 1% en el crecimiento de los beneficios esperados. El otro punto importante es el tema del gasto público, en el que se ha encargado a Elon Musk conseguir un ahorro de 2 trillones de dólares. Tenemos pues dos políticas distintas a los dos lados del Atlántico. Estados Unidos recortando y Europa apalancándose en más deuda. La forma tan rudimentaria que tenemos de calcular el crecimiento económico de un país resumiéndolo en el PIB, hará que veamos a corto plazo aumentos en el europeo y una caída cercana al 1% en el americano. Aquí siempre chocan las visiones a corto plazo con las de largo plazo. Si miramos el dato presente siempre querremos políticas que no controlen para nada el consumo público. Controlar las finanzas públicas suponen menos ingresos para algunas empresas, más desempleo, menos gasto en puticlubs y menos alquileres de viviendas para queridas, además de el bajón en el nivel de vida de los comisionistas y demás intermediarios. Un desastre vamos. Pero desgraciadamente, hemos visto los despojos que ha dejado la marea del gasto público americano cuando ha llegado la bajamar. Tenemos la mayor cifra de intereses pagados por la deuda sobre los ingresos federales en 35 años. Solo 1.2 trillones de pagos en intereses en los últimos 12 meses, y con una cifra esperada para el 2050 del 34% de los ingresos fiscales, eso si pensamos que no va a ver ninguna recesión en los próximos 25 años que dispare los gastos en algún momento a la vez que se desplomen los ingresos fiscales. Que se jodan los bisnietos.

Continuando con Alemania, las cifras publicadas hablan de 500.000 millones de euros en 10 años para gastos en infraestructuras, lo que supone unos 50.000 al año ( siempre he sido un as en matemáticas). El mercado se ha extasiado con la cifra, pero representa poco más del 1% del PIB. Si luego se aplican como los fondos Next generation en España, tendremos que realmente se utilicen el 20% y cuatro años más tarde. No parece muy imponente. Para ello se tendrán que saltarse los límites de déficit establecidos en la Constitución alemana y ser aprobados por 2 tercios del Parlamento (por cierto lo van a hacer con el Parlamento anterior a las elecciones para evitarse votos en contra, todo muy democrático…). De eficiencia en el gasto ya nadie habla, y la mejor forma de evitar la tentación de descontrolar el gasto y apalancarse es caer en él que diría Oscar Wilde. Tras el orgasmo bursátil, estamos dejando a un lado lo que ha supuesto la medida en otros mercados como es el caso del de deuda pública. Los tipos de interés de la deuda alemana a 30 años han pasado del 2.25 de principios de diciembre a superar el 3.10 hoy. Un 0.85% en tan solo tres meses. Eso a medio plazo quita unos 20.000 millones anuales que tienen que ir a pagar los intereses de la deuda. ¿Se puede gastar lo esperado desde el minuto uno? Pues también tengo mis dudas. No creo que haya la capacidad instalada necesaria en la propia Alemania, y eso supondrá aumentar las importaciones de otros países. También tengo mis dudas en el tema laboral. En un momento en el que por lo que comentan gente de la construcción, hay un verdadero problema para encontrar gente especializada para esos trabajos , me temo que habrá otro cuello de botella que supondrá en definitiva un aumento de los costes laborales y que pueda descontrolarse la inflación si también se disparan los costes de las materia primas. Pero todas estas cosas son propias de un viejo pesimista como yo, al que es difícil contagiar ya de algunos entusiasmos.

Como decía Jardiel Poncela, “en la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen; la gran mayoría de los sueños se roncan”.

 

Buena semana,

Julio López

 

 

18 Feb 2025
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