Área personal

Ulises de James Joyce

Julio López 24 Nov 2016

El Ulises de James Joyce fue un escándalo desde su publicación. Todavía en 1933 hubo un juicio (Estados Unidos contra un libro llamado Ulises) que dictaminó de forma definitiva que la obra tenía intenciones serias y que no era pornográfica (ya que, como señaló el juez John Woolsey, “con respecto a la recurrente aparición del tema del sexo en la mente de los personajes, debe recordarse siempre que sus orígenes son celtas y que están en primavera”). Joyce fue llamado a declarar para defender que el libro tenía un carácter serio, en cualquier caso, y para explicar, en particular, la forma en que su estructura reproduce la del antiguo mito griego del que toma su nombre. Joyce estaba sumamente disgustado ante esta perspectiva. “Si ofreciera las claves de inmediato, perdería mi inmortalidad. He metido tantos enigmas y acertijos que los profesores estarán ocupados durante siglos discutiendo qué es lo que quería decir, y es la única manera de garantizarse la inmortalidad”.

Hoy me he levantado socrático. Cuando sus discípulos le interpelaban y le comentaban si era la persona más sabia del mundo, él les contestaba con el famoso “Sólo sé que no sé nada”. Según nos comentaba Platón, lo que sí hacía es preguntar continuamente. No daba respuestas, esperando que a través de estas preguntas sus seguidores alcanzaran cierta luz. Yo, desde luego, ando más perdido que un pulpo en un garaje, y lo único que he apuntado en el cuaderno de notas que uso para la epístola son preguntas. El problema para los traders es que no disponemos de siglos para intentar ver qué es lo que va a pasar en los mercados financieros, y aquí el que intenta desentrañar las derivadas económicas en los precios de los activos se queda en los tacos de salida.

¿Por qué la Bolsa de un país quebrado como Japón ha subido un 10% desde las elecciones americanas para compensar el 10% de la caída de su moneda, y la bolsa europea se queda totalmente parada, con un movimiento depreciativo del euro del 7%?

¿La depreciación del euro refleja simplemente la diferencia de tipos de interés? ¿O realmente vuelve a esconder una debilidad política europea y se volverá a poner en cuestión la supervivencia del euro?

¿Por qué con todos los mensajes que se han ido asentando de una mayor cercanía de la inflación, el bono alemán a 2 años ha logrado un nuevo máximo histórico de precio, llevando su rentabilidad al -0.75%?

¿Tras la fortaleza del bono a largo plazo alemán subyace la certeza de que a su vencimiento recibirán una moneda distinta del euro y con mayor poder adquisitivo? ¿Los tenedores de bonos alemanes no tienen ninguna tentación de, al menos, humedecerse las barbas?

¿Las declaraciones de Draghi de seguir apoyando con política monetaria laxa, ayudan o realmente aumentan el peso de la mochila, al lastrar el efecto psicológico positivo de pensar que lo peor ha pasado ya?

¿Estamos en un dumping fiscal a nivel mundial para empresas? Vemos que Estados Unidos habla de bajar el impuesto de sociedades al 15% y Reino Unido al 17%. En España se habla de subir el tipo o quitar algunas de las deducciones como mínimo. Siempre me ha intranquilizado si la teoría del “goteo” es la única forma de funcionamiento que hay. Esta teoría implica que la clave es favorecer a la parte superior de la pirámide, para que sus beneficios se vayan “filtrando” al resto de las capas. La parte más visual la tenemos al ver lo complejo que es establecer una tributación al capital a nivel internacional. El riesgo es que ese capital se vaya donde mejor le traten, y la recaudación se vaya a cero. Con esa cantinela, la parte mollar de la recaudación descansa en las rentas asalariadas que no tienen esa movilidad tan epiléptica. ¿Cada vez que se tasa algo en un país, el resultado final es que ese país pierde competitividad y a medio plazo hay menos actividad y recaudación?

¿Cómo venden países como Japón o Reino Unido el empobrecimiento de sus ciudadanos, al promover continuamente la caída de sus monedas? ¿Qué porcentaje de la población se favorece de las exportaciones frente al total de la población, para vendernos siempre las mismas políticas depreciativas de la moneda nacional?

¿Si la gente comenta que la causa del auge de los populismos en el mundo occidental es el desigual reparto de la riqueza, por qué se confía para solucionarlo en alguien que precisamente está en el 0.0001% de los más ricos y hace gala de no haber repartido nada a través de impuestos?

Todos los analistas se han puesto a cavilar cuál sería el efecto económico en términos de crecimiento de cada una de las medidas que podría implantar Trump, pero no he leído ningún informe que utilice el mismo multiplicador (multiplicador=1 quiere decir que 1.000 dólares gastados en infraestructuras suponen 1.000 dólares de PIB) e incluso una de las casas más serias como Ned Davis establece bandas que van del 0.4 al 2.2 en el multiplicador, por lo que realmente no sabemos cuantificar nada. Si a esto le sumamos que tampoco se está cuantificando el menor crecimiento derivado de un dólar más fuerte, las subidas de tipos de interés y la repercusión en el comercio mundial de medidas más proteccionistas, nos quedamos en una situación de total perplejidad ante la violencia compradora en el mercado. Se han puesto a vender parcelas de terreno en Marte y han puesto el cartel de todo vendido. Y la verdad es que el comportamiento técnico de la bolsa americana está siendo impecable. Hemos roto los máximos históricos, y en términos de onda de Elliot podemos desplegar la quinta onda alcista que puede llevar el S&P 500 a entornos del 2.400-2.500 a lo largo del año que viene. Sólo si nos vamos por debajo de los 2.150 nos plantearíamos el fallo en esta estructura. En el caso de la bolsa europea, y como ya hemos contado en epístolas anteriores, hay un auténtico tapón en el 10.800 para el Dax alemán, y en el 3.100 para el Eurostoxx 50. Si por lo que fuera rompemos esos niveles, nos iríamos rápidamente un 10% más arriba. Para que esto suceda sólo hace falta que haya más terremotos en Japón, que Beppe Grillo sea presidente de Italia, que Rusia ataque Ucrania, que se descomponga la Unión Europea o que haya un masivo despido de trabajadores en la industria europea. Y por supuesto, el Atleti campeón de Europa.

El principal problema que nos encontramos los gestores es que hay mucho más dinero que activos “apetecibles”. Todo está espectacularmente caro porque hemos creado una economía financializada en exceso. Veremos si el recorte de impuestos a las empresas americanas significa más inversión o más recompras de acciones, una vez más.

Toda verdad pasa por tres fases. Primero, es ridiculizada y caricaturizada. Después, combatida. Finalmente, aceptada como evidente.

Buena semana.

 

Julio López Díaz, 24 de noviembre de 2016

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