Área personal

El Escorial

Julio López 22 Mar 2017

Antes de terminar del todo la construcción del Monasterio del Escorial, invitó Felipe II al embajador de Francia a visitar la obra. El embajador quedó asombrado. Había gran cantidad de tejas amontonadas. El francés las vio y se permitió una ironía:

 -          Mucho me temo que para acabar la obra, sobrarán tejas y faltará oro.

Terminada la construcción, Felipe II mandó poner, en el borde del tejado, algunas tejas de oro. Invitó otra vez al embajador a ver la obra. Le señaló aquellas tejas y le dijo:

-          Como podéis apreciar, ha sucedido lo contrario. Han faltado tejas para acabarlo y ha sobrado oro.

Yo sigo desconfiando de todos los Felipes II con los que hablo, que me quieren seguir vendiendo oropel por oro. Con el megáfono a todo lo que puede dar de volumen, sigo advirtiendo de todas esas divergencias que seguimos viendo, a pesar de que los periódicos sigan hablando de la superación de máximo tras máximo. Al final, la Reserva Federal subió tipos como esperábamos, pero a la vez presentó su cuadro de estimaciones de puntos donde cada miembro del Comité dibuja a lo Joan Miró, donde creen que van a estar los tipos de interés a lo largo del tiempo próximo. Y la principal lectura que yo saco de la reacción del mercado, es que desconfía por primera vez, y de forma clara, de los pasos que está dando el máximo órgano monetario americano, y piensa que no va a subir tanto como ellos mismos dicen. La subida de tipos en 25 puntos básicos ha supuesto una bajada de la misma proporción en la rentabilidad del 10 años americano, pasando del 2.65% al 2.40%, reflejando nuestra visión de que es el único activo del mundo que no está totalmente ido. Y si miramos el crecimiento del PIB a 2 años, vemos que las previsiones ya no llegan al 2%.

La bolsa americana, tras fijar un nuevo máximo el día posterior a la comunicación, se encuentra ya en negativo desde comienzo de mes, y después de 107 días, ha tenido su primera caída superior al 1%. (¡¡¡¡STRONG BUY, ES UNA OPORTUNIDAD ÚNICA EN EL PRÓXIMO MILENIO!!!).

Para ver los niveles esotéricos a los que ha llegado la valoración de algunas empresas, se pueden hacer ya comparaciones curiosas. Por ejemplo, la capitalización de Apple es equivalente a la capitalización de toda la bolsa de Seúl (recordemos que incluye a Samsung); la de Johnson&Johnson es equivalente a la de toda la bolsa de Brasil, la de Pepsico a toda la bolsa rusa, la de Disney a toda la bolsa de México, la de Netflix a toda la bolsa de Filipinas y la de Tesla a toda la bolsa de Colombia. Eso, si hacemos la comparación en términos de valores bursátiles. Si lo comparamos con los PIB, tenemos, por ejemplo, que los cuatro grandes bancos americanos capitalizan lo mismo que el PIB de España. Todas estas cifras son enormemente “sanas”.

En la “olvidada” China, también están pasando cosas curiosas, que van a dejar como una broma la crisis del sector financiero español o italiano. Desde el comienzo de la crisis, los activos bancarios chinos han pasado de 5 trillones de dólares americanos a 35 trillones. En el mismo periodo, en Europa se ha pasado de 27 a 31. Todo esto escondido bajo el paraguas de Papá Estado, y con unos niveles de morosidad de difícil evaluación. Esta semana, en el mercado interbancario, ha habido las primeras operaciones fallidas de bancos rurales chinos, y ha tenido que intervenir el PBOC inyectando fondos y aumentando los tipos de interés hasta alcanzar máximo de dos años. El nivel de apalancamiento es brutal, y el destino sigue siendo el mercado inmobiliario ¿les suena? Y la clave es si el rector monetario va a dar un susto y un aviso verdadero o va a seguir permitiendo que le tomen por el pito del sereno y sigan con las operaciones modelo casino on. Como ya venimos narrando, la labor de vigilante de los Bancos Centrales es un poco asimétrica, y poner palos a las ruedas de los crecimientos insanos les cuesta más que a Trump dejar Twitter. Al final, los ingresos derivados de la construcción siguen representando casi el 50% de los ingresos fiscales para muchos pueblos y regiones. ¿Les vuelve a sonar? Y nadie quiere poner el cascabel al gato.

Al final, la clave para pensar que la subida de los activos financieros e inmobiliarios es un reflejo del crecimiento real de la economía, nos tenemos que plantear si  ha cambiado algo en las medidas que considerábamos cruciales, y que eran necesarias para que todo lo que sale en las portadas de los periódicos no sea artificial. Pensando en Europa, por ejemplo, ¿se ha conseguido avanzar en las reformas estructurales necesarias para ganar competitividad o se siguen demorando con la excusa de una próxima elección parlamentaria?

Segundo. Parece que los Bancos Centrales han tenido éxito en la subida de los precios de los activos a pesar de unas condiciones económicas muy lejos de igualar las valoraciones de las empresas. Pero más allá de esos productos financieros donde los inversores puedan hacer apuestas de las que piensan (erróneamente, en mi opinión, como reflejé en mi carta de la semana pasada) que pueden salirse sin problemas, o con la protección infinita de los Bancos Centrales, realmente los agentes que asumen riesgos económicos a largo plazo (invertir en nuevas fábricas, contratación y formación de nuevo personal), ¿lo están haciendo para garantizar retornos futuros, o nos hemos limitado a traer a valor presente todos los flujos futuros?

La tercera cuestión, ¿se ha mejorado algo el sobreendeudamiento de la economía? ¿Estamos preparados para una normalización de tipos?

Cuarta pregunta: ¿Se ha avanzado realmente en el proyecto de integración regional europea o nos estamos contentando con un mero achique de balones fuera del área, sudando cada vez que viene el ataque del tridente de turno? Vamos a ver la hora de la verdad con las negociaciones reales del Brexit.

Quinta pregunta: Viendo lo que está pasando de nuevo con el tema inmobiliario en Madrid, ¿hemos aprendido algo de la crisis anterior? ¿No hay otro modelo en España fuera de Pepe Gotera y Otilio?

Sexta pregunta: ¿Qué pasa con la demanda agregada de la economía? ¿La desigualdad en el reparto de la riqueza está distorsionando terriblemente el crecimiento, dando un peso exagerado a la inversión en activos financieros que no se refleja en un mayor gasto total? ¿La política de rentas que han realizado los Bancos Centrales y que no se atrevieron a hacer los gobiernos, penalizando al ahorrador medio para beneficiar a Gobiernos, corporaciones y rentas archialtas puede estar detrás de esta bajada de la demanda, al tener que reservar una mayor cantidad de ahorro para consumo futuro?

Si creen que realmente ha habido un drástico cambio en todas estas cuestiones, pueden seguir haciendo las apuestas “todo al rojo”. Si no, quizá deberían pensar en retirarse de la mesa y volver más adelante.

Muchos de los problemas del mundo de hoy son el resultado final de medidas a corto plazo adoptadas en el siglo pasado.

Buena semana,

 

Julio López Díaz, 22 de marzo de 2017

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